¿Un salto al vacío? Oposición en Venezuela no participará en parlamentarias

La oposición venezolana anunció su decisión de no participar en las elecciones parlamentarias de diciembre, para no legitimar lo que llaman una farsa.

Hubo reuniones durante semanas, ahora por videoconferencia. También chats cifrados que no pararon nunca de intercambiar mensajes. Llamadas sin parar. Había que lograr un consenso y, especialmente, lograr alineaciones. Los principales partidos de la oposición venezolana sabían que no iban a participar, llevaban meses afirmando que el evento que el Consejo Nacional Electoral, controlado por Nicolás Maduro, ha convocado para el 6 de diciembre es una farsa, un parapeto, una trampa “cazabobos”. Pero una cosa es decirlo y otra casarse con ello.

La Constitución venezolana establece que en 2020 toca renovar el parlamento electo en 2015. Así que desde que comenzó el año todos los interesados comenzaron a trabajar en el asunto. En el chavismo lo importante era dejar correr el reloj, y “llegar vivos” políticamente hablando hasta ese escenario. Mientras tanto, operar la burocracia a fin de darle a sus adversarios todas las razones para dividirse y entrar en el sempiterno debate interno entre participar o no en una actividad convocada por el chavismo. 

La expresión “farsa electoral” empezó a estar en boca de la dirigencia opositora hace muchos meses. Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido como presidente encargado del país por casi 60 naciones, lo dijo el 29 de febrero. Reclamaba entonces falta de condiciones, y aún las imposiciones de quienes usurpan el poder nacional. 

Por otra parte, están las posturas de los aliados internacionales y de actores de peso global. El Grupo de Lima, el Grupo Internacional de Contacto, Estados Unidos y la Unión Europea han expresado su rechazo a unas elecciones parlamentarias en 2020 sin condiciones libres ni justas, lo que imposibilita su reconocimiento. ¿Contradecir a quienes te dan soporte o al menos reconocimiento de legitimidad? Imposible.

Las directivas de los partidos políticos tomaron la decisión el fin de semana, comenzando por los cuatro grandes (Primero Justicia, de Henrique Capriles; Voluntad Popular, de Leopoldo López; Acción Democrática, y Un Nuevo Tiempo) y luego con conversaciones con quienes representan a las demás toldas. Era necesario mostrar músculo, cantidad, un número grueso. No consultaron a la militancia, y dentro de las propias cúpulas hubo y hay resistencias. Algunos lo hacen en silencio, respetando las disciplinas partidistas. Otros lo divulgan, como el diputado José Gregorio Correa, de Primero Justicia, quizá el partido con mayores complicaciones internas al respecto. 

Entre la treintena de partidos políticos que suscribieron el documento para anunciar su negativa a sumarse a la “farsa” de diciembre, se destaca la ausencia de La Fuerza del Cambio. Se trata de una organización política de bajo perfil fundada por el excandidato presidencial Henrique Capriles, en paralelo con su partido Primero Justicia. Usaron la tarjeta para sumarle votos de independientes en 2013 y ha acompañado a las candidaturas opositoras desde entonces. Y la usaron además en 2017 cuando los partidos tradicionales tampoco aparecieron en el tarjetón, pero sus militantes escogieron alcaldes.

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